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Conversatorio con la Vale

Empezó un nuevo año y con eso nos lanzamos nuevamente con las conversaciones bonhomía y las entrevistas. Esta vez nos juntamos con la sequísima Valentina Dittburn, profesora de yoga, a conversar sobre nuestros temas favoritos las plantas, el medioambiente y el yoga.

De partida nos encantó su energía muy alegre y muy honesta. La conversación fluyó de inmediato con nuestros claros intereses en común. Le preguntamos sobre su historia, cómo llegó al yoga y cómo logró esa conexión que hoy en día tiene con la naturaleza. 

Su historia de vida no está corta de altos y bajos, y fueron esos momentos malos, de depresión y apatía que la llevaron lentamente a cerrarse y alejarse del mundo. El yoga como práctica la volvió lentamente a conectar con su cuerpo y a generar un desafío de poder lograr cosas nuevas. Ese desafío fue creciendo y poco a poco un interés mayor se fue despertando. Hoy en día, gracias a la gente de la que se rodea, trata de admirar y apreciar su entorno y los detalles que están presentes en su día a día. La naturaleza a jugado una enorme parte en el desarrollo y encuentro de este asombro y de volver a encantarse con el mundo. 

"Me encanta salir a caminar y observar. Mi pololo sabe mucho de pájaros y me enseña. Trato de aprenderme los nombres de las cosas para generar una conexión más profunda."

Cuando conversamos de su impacto en sus alumnos y "el mundo" veíamos que su pasión es genuina y enorme. Esas ganas de que la gente que se encuentra en situaciones como en las que estaba ella, de inestabilidad emocional o trastornos se pueden tratar con la respectiva ayuda y con un canal de soporte. Las clases de yoga son un apoyo a todo esto que cumplen la función de un espacio de sanación y reflexión. En donde cada pose es diferente para cada persona y genera un viaje y una sensación diferente. Es una conexión con tu cuerpo y una puerta de entrada a comprender tu mente. 

"Sé que el yoga no es fácil, y que las poses son difíciles para mis alumnos. A algunos les cuesta abrir las caderas a otros la espalda, etc. Trato de guiarlos mucho y hablarles a lo largo de la práctica para que se sientan acompañados en el proceso de entrar y quedarse en las posturas."

Cómo se conecta todo esto con nuestra afición con el cuidado y respeto al medioambiente? Como siempre decimos, el cambio parte de adentro. Y la Vale es un perfecto ejemplo de que si uno está bien consigo mismo el respeto por lo vivo y el cuidado de esto se vuelve mas fácil e instintivo. No es un esfuerzo o una tarea, es una filosofía de vida, un estado mental en que eres pleno contigo y el resto de tu entorno.

"Me acuerdo cuando estaba en mi momento de mayor depresión y me volví vegana. De alguna u otra manera lo hice por una filosofía pero en vez de seguir mis valores se volvió un poco un culto. Creo que es demasiado importante estar bien con uno mismo para poder apoyar y cuidar a otros."

Esto no significa que no tengas altos y bajos o que no sientas emociones, seguimos siendo humanos! Significa que estás conectado a tal nivel contigo mismo que eres capaz de preocuparte de otros aspectos sin afectar tu estado de tranquilidad y estabilidad. 

Qué opinan ustedes? Por dónde parte su conexión con la naturaleza? los leemos.

 

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